ArtePlexus
“Unión del arte y la complejidad”.
MF millanfoto
La denuncia política a través del arte escénico expresa el sentir de los colectivos creativos ante una pregunta desgarradora: ¿De qué sirve sostener teatralidades si al final a nadie le importa?
“DE CÓMO A NADIE LE INTERESA EL TEATRO”
“Diserción de un grito“. En el vasto panorama del arte contemporáneo, la innovación teatral se enfrenta a un desafío aparentemente insuperable: la sensación de que todo ya ha sido creado. Sin embargo, la verdadera revolución radica en retornar al origen, despojándonos de posturas prefabricadas para redescubrir nuestra esencia primordial.
Este proceso de depuración resulta intrincado, pues exige la construcción de herramientas poéticas propias mediante diálogos profundos. Implica desprenderse de estigmas sobre cómo debe hacerse teatro, permitiendo que la representación habite el presente con autenticidad. Así, las historias expuestas se impregnan de huellas personales, generando verdades únicas intrínsecas a cada puesta en escena.
La obra muestra al hombre como una rata en un laberinto, buscando ansiosamente satisfacer necesidades que cree vitales. Pero esas búsquedas lo llevan a callejones existenciales sin salida, donde queda atrapado. RATS expone así la fragilidad humana ante sus propios impulsos y ambiciones, que pueden esclavizarlo. Una mirada filosófica a nuestra cadena de deseos infructuosos. El comportamiento gregario y acrítico de las ratas en RATS es un reflejo de la facilidad con que los hombres nos dejamos llevar por inercias colectivas, adoptando conductas sin reflexionar sobre su sentido. Como ratas, vamos tras la masa social de modo irracional. La obra despierta la necesidad de que el hombre desarrolle una mirada crítica sobre los condicionamientos grupales.
Una visión pesimista de la psicología humana. El mundo retratado es una jungla donde impera la lucha de todos contra todos y el más fuerte aplasta al débil. Un reflejo extremo del lado depredador del hombre cuando solo busca poseer y dominar, incluso a costa de la vida ajena. La furia puede parecer fea, pero la danza la trasmuta en fuego sagrado. La frustración se vuelve movimiento catártico de liberación. La angustia emerge transformada en metáforas de belleza inesperada. Así, la danza redime partes nuestras que creíamos condenadas, por más que la vida nos derribe, la danza se cruza como una liga de resistencia. En ella encarnamos la resilencia que subyace bajo la tristeza. Recordamos que no importa cuán duro sea el presente, el movimiento nos proyecta hacia un futuro de posibilidades abiertas.
La obra muestra al hombre como una rata en un laberinto, buscando ansiosamente satisfacer necesidades que cree vitales. Pero esas búsquedas lo llevan a callejones existenciales sin salida, donde queda atrapado. RATS expone así la fragilidad humana ante sus propios impulsos y ambiciones, que pueden esclavizarlo. Una mirada filosófica a nuestra cadena de deseos infructuosos. El comportamiento gregario y acrítico de las ratas en RATS es un reflejo de la facilidad con que los hombres nos dejamos llevar por inercias colectivas, adoptando conductas sin reflexionar sobre su sentido. Como ratas, vamos tras la masa social de modo irracional. La obra despierta la necesidad de que el hombre desarrolle una mirada crítica sobre los condicionamientos grupales.
Una visión pesimista de la psicología humana. El mundo retratado es una jungla donde impera la lucha de todos contra todos y el más fuerte aplasta al débil. Un reflejo extremo del lado depredador del hombre cuando solo busca poseer y dominar, incluso a costa de la vida ajena. La furia puede parecer fea, pero la danza la trasmuta en fuego sagrado. La frustración se vuelve movimiento catártico de liberación. La angustia emerge transformada en metáforas de belleza inesperada. Así, la danza redime partes nuestras que creíamos condenadas, por más que la vida nos derribe, la danza se cruza como una liga de resistencia. En ella encarnamos la resilencia que subyace bajo la tristeza. Recordamos que no importa cuán duro sea el presente, el movimiento nos proyecta hacia un futuro de posibilidades abiertas.
La obra muestra al hombre como una rata en un laberinto, buscando ansiosamente satisfacer necesidades que cree vitales. Pero esas búsquedas lo llevan a callejones existenciales sin salida, donde queda atrapado. RATS expone así la fragilidad humana ante sus propios impulsos y ambiciones, que pueden esclavizarlo. Una mirada filosófica a nuestra cadena de deseos infructuosos. El comportamiento gregario y acrítico de las ratas en RATS es un reflejo de la facilidad con que los hombres nos dejamos llevar por inercias colectivas, adoptando conductas sin reflexionar sobre su sentido. Como ratas, vamos tras la masa social de modo irracional. La obra despierta la necesidad de que el hombre desarrolle una mirada crítica sobre los condicionamientos grupales.
La obra muestra al hombre como una rata en un laberinto, buscando ansiosamente satisfacer necesidades que cree vitales. Pero esas búsquedas lo llevan a callejones existenciales sin salida, donde queda atrapado. RATS expone así la fragilidad humana ante sus propios impulsos y ambiciones, que pueden esclavizarlo. Una mirada filosófica a nuestra cadena de deseos infructuosos. El comportamiento gregario y acrítico de las ratas en RATS es un reflejo de la facilidad con que los hombres nos dejamos llevar por inercias colectivas, adoptando conductas sin reflexionar sobre su sentido. Como ratas, vamos tras la masa social de modo irracional. La obra despierta la necesidad de que el hombre desarrolle una mirada crítica sobre los condicionamientos grupales.
Una visión pesimista de la psicología humana. El mundo retratado es una jungla donde impera la lucha de todos contra todos y el más fuerte aplasta al débil. Un reflejo extremo del lado depredador del hombre cuando solo busca poseer y dominar, incluso a costa de la vida ajena. La furia puede parecer fea, pero la danza la trasmuta en fuego sagrado. La frustración se vuelve movimiento catártico de liberación. La angustia emerge transformada en metáforas de belleza inesperada. Así, la danza redime partes nuestras que creíamos condenadas, por más que la vida nos derribe, la danza se cruza como una liga de resistencia. En ella encarnamos la resilencia que subyace bajo la tristeza. Recordamos que no importa cuán duro sea el presente, el movimiento nos proyecta hacia un futuro de posibilidades abiertas.